martes, 9 de noviembre de 2010

"VESTIDA PARA SALIR" SALIÓ A LA CALLE

Fuente: http://locaporlaluna.lacoctelera.net/




Con nutrida y esperada concurrencia, presenté al nene. O a la nena, porque éste tiene hasta un lápiz labial entre sus hojas y no es bueno confundir las cosas. Al decir de la formalidad del diario, presenté mi segundo libro personal y con gran orgullo puedo decir que me dí el gusto. Porque no sólo se trata de publicar: a esta vieja decidora de poesía en recitales de otrora, le gustaba hacerlo tal como fue, un momento de música, palabras, luces, amigos, flores, silencios, imágenes y hasta vino.
Algunos amigos cocteleros estuvieron en la previa, con sus mensajes de apoyo, pero me hubiera gustado mucho que el espectáculo los tuviera entre los presentes, de todas maneras, el público fue en su mayoría cultivadores de poesía y de amistad, además de los familiares que esta vez apenas pudieron estar, por razones de fuerza mayor.
Como ocurre frecuentemente en Uruguay, una huelga de funcionarios me hizo saber el día anterior que estaría completamente sola en lo que hace al trabajo de técnicos de sonido y luces, lo que - pensé- si al fabuloso Julio Bocca le está aconteciendo en su tarea de director del ballet del SODRE, lo mío resulta una chiquitez. Y como todo estaba previsto para acontecer en armonía, mi amigo Federico Pasiecznik, desde Buenos Aires, estaba en viaje, dispuesto no sólo a conocerme después de cinco años de virtualidad, sino a ayudarme en lo que es su especialidad como compositor y músico: el sonido. Es así que revertí un contratiempo y salí ganando. Muy a la par, mi pareja Fernando Irecio se encargó también de manejar el proyector, las luces y hasta de servir el vino, convirtiéndose en casi un enviado del cielo que por suerte es de carne y hueso y me acompaña por la vida. Pero esta poeta, que hasta una hora antes de la presentación no tenía en claro qué ropa se iba a poner, que debía sentarse en la peluquería justo a la hora de ir a buscar al músico que la acompañaría en recital, tiene una querida hermana (Isabel) que es la asistente perfecta y solucionó hasta el cruce Argentina- Uruguay con su destreza al volante. Porque el asunto fue "importar" por unas horas a Carlos Creppy, poeta y pianista, que compuso toda la música que hizo sonar entre mis poemas y que se ganó los aplausos más fervorosos, quizá porque nadie se esperaba tanto virtuosismo, quizá porque cuando un músico además de talento tiene buena energía, suena como los dioses. Y a su decir, "se le perdona todo a un Steinwar", el piano de cola que lo esperaba en el escenario y que nunca presenció un ensayo de nuestra parte....
Entonces llegó Milton Nan, a conocerlo al músico y con todo su profesionalismo a "calentar la voz" y probar sonido. Me recordó a los tiempos de "Aire Nuevo", cuando compartíamos recitales temáticos con Milton, a diferencia de esta vez, con muchos ensayos previos.
También llegó Luigi Lemes, con su guitarra y una sorpresa para mí, una canción especialmente compuesta para "Vestida para salir" que cantó al final, junto con "Decididamente", musicalizada de mi libro anterior.
Las palabras previas al recital fueron de la Directora del Centro Universitario, Margarita Heinzen, que además produce mucha narrativa entre sus horas libres, formando parte del taller literario "Sueñapalabra". Le siguió el escritor Jorge Jesús, otro amigo de la casa, que llevó palabras poéticas y un poema de su autoría para homenajearme.
Y por último, como antesala del recital en sí, las palabras del Prof. Alfredo Maxit, también llegado desde Argentina, que explicó magistralmente mi poesía como otro prólogo más, en forma muy amena y sentida. Sin su participación, mis poemas no habrían llegado tal como lo hicieron, es bueno saber que hay quien no sólo valora lo de uno, sino que lo trasmite a los demás. Maxit hizo referencia al "luminoso texto de contratapa" de mi amiga coctelera Mariana Navarrete, de lo que estoy en total acuerdo. (Gracias, Flor de Loto)
El recital se desarrolló en una especie de paréntesis de vida, donde se pudo volar a gusto de cada uno y donde las imágenes de las ilustraciones del libro fueron enmarcando cada capítulo. Todo fluyó, tal como si hubiera estado ensayado...
Sólo me quedan palabras de agradecimiento y admiración por el talento y generosidad de todos los que me acompañaron ayudando y apreciando lo que se hizo. Viajaron especialmente muchos amigos y eso es gran honor para un poeta.
Estaré subiendo algún video, en breve. Los dejo ahora con esta crónica emocionada, corroborando que cuanto más difícil parece todo, mejor se da.
DE NUEVO GRACIAS, NO ME CABE MÁS FELICIDAD!



Lucía Borsani






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