20 minutos me separan de haber escuchado y visto la cantata de Aníbal Sampallo al General Leandro Gómez, en las escalinatas de la Basílica, en mi pedazo de tierra. Aún con el escalofrío que me corre en la espalda por el sentir vivido, me queda una reflexión final. Soy hijo de esta tierra, como mero hacedor de imágenes y educador, redoblo mi apuesta a la educación, una educación que potencie el conocernos, nuestras debilidades y nuestras fortalezas, pocas las primeras, incalculables las segundas. Como ser arraigado a lo mio, potencio y educo en favor de conocer lo vivido, saber quienes caminaron dejando huella, por el lugar que piso. Es imposible proyectarse al futuro sin conocer el pasado; el presente no existe, en este momento corre en el pasado.
Y tomo como mías las palabras de los Olimareños, "...árbol que no tiene raíces no aguanta parado ni un temporal..."
Mis saludos y reconocimiento a los hermanos Merlo, a Don Aníbal, y a esos hacedores que refrescan lo que tenemos de sanduceros, lo que tenemos de Orientales, desde todos los lenguajes.
Desde el mio les regalo una imagen...
Fernando Irecio
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.